Rescatamos a Frida y Camila juntas, en mayo de 2018. Físicamente no tenían más problemas que los propios de los animales abandonados: estaban delgadas, llenas de pulgas y con alguna herida superficial nada más. Sin embargo, no sabemos por lo que habrán pasado antes de llegar a nosotros, porque psicológicamente no estaban tan sanas.
Las dos llegaron con muchos miedos, y les está costando deshacerse de ellos. Desde entonces están viviendo en una residencia, pero no vemos apenas evolución y sabemos que sin una familia no podrán recuperarse.
Frida y Camila son unas perras con necesidades especiales. Sabemos que no son un caso fácil, y no podemos engañar a nadie: quien se lleve a estas dulzuras (juntas o por separado), necesitará paciencia y empatía para ayudarles a superar sus problemas. Sabemos que se recuperarán: son capaces de esto y mucho más, pero necesitan un humano que les acompañe y las entienda, que las ayude de manera individual; en la residencia sabemos que eso es imposible.
Queremos una familia para Camila y para Frida lo antes posible. No es una adopción al uso, pero es lo que ellas necesitan. Tiene que ser una familia comprensiva, empática, con un infinito cariño y amor por los perros, que se comprometa a acompañarlas en el camino que les queda hasta convertirse en las perras que merecen ser.
En estos meses, Camila ha empezado a dejarse tocar.Todavía no las hemos esterilizado ni vacunado para evitarles el estrés del veterinario: cuando estén un poco más preparadas, nosotros nos hacemos cargo de todo.
Camila es todavía casi una cachorra; es de color marrón chocolate precioso. También es un cruce de un ratonero de pelo largo.
Las dos son de tamaño mediano/pequeño.
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